"Rojo: encarnado muy vivo" así es como la RAE define uno de los colores más mencionados en la arena política... pues a esto me quiero referir
Rojo es el color de la sangre, sangre que corre por nuestras venas, venas que se hinchan en situación extremas o de tensión...
Rojos nos ponemos cuando critican algo a lo que nos gusta pertenecer, porque nadie elige donde nace y todos somos libres de sentirnos parte de algún sitio... cuando se critica cuando se defiende algo con lo que uno no se acaba identificando aunque sea casi de por vida...
Rojo es el color de la pasión, de ésa que se siente muy interna cuando algo de verdad importa, cuando se siente algo muy fuerte, cuando palpita con rapidez el corazón...
Rojo es el corazón, ese órgano por el cual cada uno nos movemos, cada uno sentimos, ... cada uno somos personas...
Rojo es el color con el que nos gusta destacar algo escrito, resaltar lo importante para que no se olvide nada...
Pues sí, llego el momento y esa pasión, ese sentimiento, se hincharon las venas, el hartazgo de ponernos rojos cuando se vacilaba con nuestro sentido de pertenencia, los corazones se pusieron en movimiento y al unísono en gran parte de los cuerpos y se logró... conseguimos que esa ideología roja de la que tanto se habla en la arena política, llegase... pero llegase para quedarse aunque hubo malos presagios desde el otro extremo de la paleta de colores...
Ya hace más de 18 meses, el rojo ha cambiado de significado y se ha convertido en acciones, trabajos, decisiones, gestiones, en definitiva... se ha convertido en políticas de gobernanza, en soluciones eficaces ante situaciones nada fáciles, en discursos, debates, consensos y sobre todo en ciudadanos, en propuestas para ciudadanos...
Nadie va a olvidar el cambio del significado del color rojo... nadie lo podrá olvidar, porque cuando las cosas se hacen bien, con sentido común, con transparencia, con elegancia, con consensos, con acierto y sobre todo mirando cara a cara a los destinatarios... los cambios se vuelven normalidad.y eso es lo que se ha conseguido, una normalidad a la que todos los corazones añoraban.
